Ñuñoa. – Las diferentes actividades participativas y de esparcimiento se han convertido en el denominador común para moldear la formación de los infantes matriculados en el jardín Saint Joseph, recreando un escenario de constante divertimento y aprendizaje para ellos.
“En Saint Joseph, el juego es parte esencial de la educación”, así lo confirmó su directora Carolina Guzmán, quién lo considera como un medio accesible al aprendizaje, al cumplir con los objetivos que se requiere en la base de la educación parvularia.
La también educadora de dicho jardín, resaltó que estas actividades recreativas y de esparcimiento; fortalecen la autonomía, independencia, convivencia, lenguaje verbal, vinculación con el medio -e incluso- el fortalecimiento del pensamiento crítico-matemático de los infantes.
“Los juegos, además de ser una diversión para los niños y niñas, pueden ser libres, dirigidos o grupales, con la finalidad de aprender jugando. Estos sirven para transmitir valores, autonomía, independencia, convivencia con sus pares, así como crear desafíos cognitivos”, sostuvo.
Guzmán agregó que esta metodología le aporta a los niños mayor riqueza en su formación lingüística y musical, yendo más allá de los objetivos planteados para desarrollo personal y emocional.
“El juego no discrimina. Sirve para la instrucción de todos los niños, independiente de sus necesidades especiales, características de desarrollo, edades, etcétera. Existe un juego para cada situación o para cada niño”, exclamó.
En tal sentido, la educadora catalogó esta metodología como “la intervención para que cualquier niño y niña aprenda sin dificultad, debido a su amplia gama de creatividad; ya sea libre o dirigido; con materiales didácticos de sala, de patio, canciones, etcétera”.
La educadora parvularia comparte el criterio de otros expertos que consideran al juego como una proyección de la “vida interior hacia el mundo”, lo que trae consigo beneficios para la estimulación y la expresión las persona, la integración armónica de los infantes.
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